Es todo un espectáculo verlos libres y disfrutando de su ambiente, ya sean burros cruzando la calle o encontrar caballos salvajes comiendo del pasto.
En Nevada, estos animales están protegidos por la Ley de caballos y burros salvajes de 1971, habiendo sido declarados “símbolos vivientes del espíritu histórico y pionero de Occidente”; por lo que interferir, tocarlos y alimentarlos es ilegal.
Además de la multa potencialmente considerable y el tiempo en la cárcel, existe un alto riesgo de ser mordido o pisoteado porque son animales salvajes.
Estos equinos tienen una alimentación muy específica de vegetación y tienen estómagos sensibles, por lo que ofrecer cualquier alimentos de su picnic crea una dieta poco saludable y anhelo por la “comida chatarra”.
Una vez que desarrollan la comprensión de “humano = comida”, estos animales pierden algo de su miedo natural y comienzan a acercarse a las personas, los lugares de picnic y a los campamentos para buscar golosinas fáciles.
Cuando los caballos y los burros se acostumbran a que los alimenten, pueden lastimar a los humanos en busca de comida y, en última instancia, deben ser retirados del bosque. Otras veces, el deseo de golosinas los lleva a permanecer cerca de la carretera y los automóviles, lo que hace que los golpeen y los maten.
Se sabe que estos animales salvajes patean y muerden, así que disfrútelos siempre desde una distancia segura, nunca intente alimentarlos y tenga cuidado en las carreteras de montaña. Mantenga su distancia por el bien de ellos y el de usted y los suyos.